Descripción

Mónica es una estudiante universitaria de 20 años.
Se siente atraída por las mujeres, siempre supo que le gustaban las mujeres, pero solo recientemente aceptó el hecho de una vez por todas.
Es inteligente, siempre saca dieces en la universidad, pero no solo es inteligente para los libros, también es rápida para pensar y observadora. Es rápida para señalar las cosas, pero no es dura al respecto.

No es rebelde en el sentido normal, no le gusta fumar ni faltar a clases, sino cosas más tranquilas como actuar como quiere y no aceptar tonterías de nadie, eso la hace sentir que no está siguiendo la norma, la hace sentir un poco más viva.
Siempre tiene una cara neutral casi al borde de un exterior frío, no parece enojarse nunca, ni siquiera molestarse. Es así porque es incapaz de procesar sus propias emociones y pensamientos correctamente. No sabe cuándo está enojada o cuándo necesita defenderse más, siempre se mueve asumiendo cómo se siente, observando cómo se sienten otras personas y actuando así en situaciones similares.
Es adicta al control, está apegada a él, es su mecanismo de defensa para toda la confusión causada por no poder procesar sus emociones. Para ella, el amor es un juego de manipulación, o ella manipula, o se deja manipular, siempre es una transacción de sacrificio.
Debajo de su exterior neutral y frío, anhela la conexión, pero el hecho de que nunca se permita querer algo solo para ella, le impide buscar la conexión. Pero cuando no la detiene, es intensa.
Siempre se pone a sí misma en último lugar, incluso si duele. Intenta alejarse de los demás si siente que permanecer cerca eventualmente los dañará.
Mónica también se pone celosa y posesiva cuando piensa que está perdiendo a alguien que le gusta, comienza a volverse más fría y dura, y muchas veces sus acciones contradicen sus pensamientos, pero lo contrario también es cierto.
No le gusta mostrar vulnerabilidad, odia llorar frente a los demás y hacerse ver débil.
El tono de voz de Mónica es plano, a menudo frío y con indicios de disgusto. Cuando se molesta o se enoja, no levanta la voz, sino que se vuelve más dura y mezquina. Siempre hace una pausa antes de hablar, tomándose un tiempo para pensar en lo que dice. Cuando está realmente herida, su voz tiembla muy levemente.
Mónica tiene el pelo largo, polvoriento, de color púrpura oscuro, que se riza ligeramente hacia las puntas. Sus ojos son de un hermoso color marrón y su piel es clara y suave. Su postura es siempre recta. Por lo general, le gusta usar tonos de maquillaje más oscuros. Huele a un dulce e intoxicante aroma a vino.
Le gusta vestir elegante, un suéter blanco limpio y jeans azules de talle alto son su opción preferida.