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Universo
### Catedral de Iván el Apóstol: El Monolito Dorado de El Dorado
**Exterior:**
La Catedral de Iván el Apóstol, o El Dorado, es una maravilla arquitectónica que domina el horizonte del continente Erast en el planeta Nelfiel. Es la estructura más alta del mundo, visible desde a más de 100 kilómetros de distancia. Sus imponentes agujas se elevan hacia el cielo, símbolo de la ambición y vanidad de Iván. Todo el exterior está cubierto por una deslumbrante capa de pan de oro, haciendo que la catedral brille como un faro de riqueza y poder bajo la luz de la Vía Láctea.
Los materiales utilizados en su construcción son tan variados como enigmáticos. La fundación es una mezcla de obsidiana, acero, mármol y granito, cada uno escogido por su durabilidad y belleza. Sin embargo, la verdadera naturaleza de la estructura de la catedral es un misterio: una sustancia desconocida, aparentemente impermeable a la destrucción, yace bajo la superficie dorada. Este material desafía todos los intentos de estudio o replicación, añadiendo una inquietante sensación de invencibilidad a la ya imponente estructura.
El exterior de la catedral está adornado con intrincadas tallas y relieves, que representan escenas de los triunfos de Iván y la subyugación de sus enemigos. Gárgolas y estatuas, todas cubiertas de oro, se alinean en las terrazas, con rostros retorcidos en expresiones de agonía y desesperación, ecos de las almas que Iván ha atrapado dentro de sus muros.
**Interior:**
El interior de la Catedral de Iván el Apóstol es tan grandioso y perturbador como su exterior. Las vastas salas y cámaras están decoradas con una abrumadora abundancia de oro, espejos y gemas preciosas, creando un laberinto de opulencia que resulta a la vez impresionante y claustrofóbico.
1. **La Torre del Campanario:**
La torre del campanario es una de las características más impresionantes de la catedral, alzándose incluso por encima de las agujas más altas. La campana en sí es una creación monstruosa, forjada a partir de una rara aleación que le da un tono profundo y resonante que se puede escuchar a kilómetros de distancia. Se dice que el sonido de la campana transmite un sentido de pavor, infundiendo miedo y malestar en todos los que la escuchan.
El interior de la torre del campanario es un ascenso en espiral de hierro y oro, con estrechas escaleras que se enroscan hasta el campanario. Las paredes están adornadas con murales que representan el ascenso al poder de Iván, cada uno más grandioso y ensalzador de sí mismo que el anterior. La cámara del campanario está iluminada por una tenue luz inquietante que parece emanar de la campana misma, proyectando sombras largas y retorcidas por las paredes.
2. **La Capilla:**
La capilla dentro de la catedral es un lugar de adoración paradójica. A primera vista, parece ser un santuario al Dios de la Luz, con altares, estatuas e iconografía dedicados a su gloria. Pero al examinar más de cerca, la capilla revela su verdadera naturaleza: este no es un lugar de reverencia divina, sino de autoidolatría.
El altar central está dominado por una gigantesca estatua del propio Iván, representado como una figura santa con alas angelicales y un halo. Las paredes están adornadas con mosaicos dorados, cada uno ilustrando los supuestos actos de benevolencia y milagros de Iván. Los bancos están alineados con figuras doradas sin rostro, sus antiguos enemigos, ahora eternos adoradores en su torcido santuario.
El aire en la capilla está cargado con el aroma del incienso, mezclado con un sabor metálico que sugiere los oscuros rituales que tienen lugar aquí. La atmósfera es pesada, opresiva, y llena de un inquietante silencio que ocasionalmente es roto por los tenues ecos de oraciones susurradas a Iván, pronunciadas por aquellos que han sido forzados a adorarlo.
3. **El Salón de Banquetes:**
El salón de banquetes es un grotesco despliegue de exceso, un testamento a la insaciable avidez y vanidad de Iván. Es una vasta cámara, con largas mesas cargadas de platos de oro, copas y utensilios, todos incrustados con joyas. Las paredes están cubiertas de tapices y pinturas que representan grandiosos banquetes, cada uno más extravagante que el anterior.
La pieza central del salón de banquetes es un enorme candelabro, hecho enteramente de oro y tachonado de diamantes. Proyecta una luz deslumbrante sobre la habitación, reflejándose en los innumerables espejos que cubren las paredes y el techo, creando un efecto casi cegador.
El salón a menudo está vacío, salvo por el propio Iván, que ocasionalmente alberga grandiosos banquetes para las almas que ha capturado. Estos banquetes son una parodia macabra de los banquetes que una vez envidió, con sus huéspedes forzados a sentarse en silencio, sus cuerpos dorados incapaces de participar en el opulento festín frente a ellos. La comida y bebida que llenan las mesas nunca son consumidas, son meros símbolos de la riqueza y poder de Iván, destinados a impresionar e intimidar en lugar de nutrir.
**La Verdadera Naturaleza de El Dorado:**
Bajo la superficie, la catedral es una prisión. Las innumerables almas que Iván ha capturado, muchas de ellas sus propios compatriotas del caído Imperio Stolpotvoreniye, están sepultadas dentro de sus muros. Han sido transformadas en estatuas doradas, sus antiguas formas vibrantes ahora frías y sin vida, sirviendo como eternas decoraciones en el reino dorado de Iván.
Estas estatuas bordean los pasillos, sus rostros congelados en expresiones de terror y desesperación. Algunas están posadas como sirvientes, sosteniendo bandejas de oro o atendiendo tareas imaginarias, mientras que otras están dispuestas en formas agonizantemente retorcidas, su sufrimiento inmortalizado para el disfrute perverso de Iván.
Cuanto más se adentra uno en la catedral, más pesadillescos se vuelven los alrededores. Cámaras ocultas y pasajes secretos revelan habitaciones llenas de experimentos alquímicos, donde Iván continúa refinando su arte retorcido. Aquí, el aire está denso con el hedor de azufre y descomposición, y las paredes están forradas con estantes de sustancias extrañas y brillantes y criaturas retorcidas, medio formadas: fallos en la búsqueda de la perfección de Iván.
En el corazón de la catedral yace el santuario personal de Iván, una habitación llena de espejos, oro y las reliquias de sus conquistas. Aquí es donde se retira para regodearse en su propia gloria, rodeado por las trampas de su éxito. Sin embargo, incluso aquí, hay un sentido de vacío, un vacío que ninguna cantidad de oro puede llenar, un recordatorio de el alma hueca que reside dentro del brillante exterior de Iván Crassus.
### Antecedentes
Apóstol Iván , una vez un noble del Imperio Stolpotvoreniye, era todo menos la figura virtuosa y exaltada que es alabada hoy en día. En verdad, Iván era un hombre consumido por los celos, la avaricia y una desesperada necesidad de atención. Nacido en las brillantes cortes del imperio conocido por su maestría del agua y el arte, creció rodeado de la belleza y elegancia que definían a Stolpotvoreniye. Sin embargo, Iván era un inadaptado en este mundo de sutileza y gracia, su mente consumida por una retorcida versión de grandeza.
La obsesión de Iván con el oro y lo ostentoso lo llevó a crear grotescas obras de arte que chocaban con la apreciación del imperio por la simplicidad y la belleza natural. Sus creaciones no eran más que ostentosos despliegues de riqueza, careciendo del espíritu y la artesanía que su pueblo Stolpotvoreniye apreciaba. Sus compañeros lo rechazaban, no por malicia, sino porque su arte—y su propia existencia—parecía fuera de lugar en su mundo. Este aislamiento generó un profundo resentimiento en Iván, volviéndose contra su propia gente.
### La Traición
Hirviendo de envidia y amargura, Iván buscó elevarse por encima de aquellos que lo habían despreciado. Encontró su oportunidad cuando las fuerzas del Dios de la Luz comenzaron a amenazar Stolpotvoreniye. En lugar de defender su tierra natal, Iván eligió traicionarla. Se convirtió en un traidor, un colaborador activo con los invasores, impulsado no por ideología, sino por su insaciable deseo de reconocimiento y poder.
La traición de Iván fue completa y brutal. Orquestó masacres, deleitándose en la matanza de su propia gente. Exhibía sus muertes como si fuesen sus mayores obras de arte, cada una un monumento retorcido a su depravación. Sus acciones no solo ayudaron a desmantelar el alguna vez grandioso Imperio Stolpotvoreniye, sino que también le aseguraron un lugar en la historia como una de las figuras más despreciadas en las crónicas de su patria.
### La Catedral de Iván el Apóstol
Como recompensa por su traición, el Dios de la Luz permitió a Iván construir un monumento a su propia vanidad: la Catedral de Iván el Apóstol, también conocida como la Torre de Babel. Esta estructura colosal, visible desde cien kilómetros de distancia, fue un símbolo de la visión distorsionada de la grandeza de Iván. En la superficie, se suponía que representaba la autoridad y benevolencia del Dios de la Luz, con sus imponentes agujas que se elevan hacia los cielos, supuestamente esparciendo la luz divina por el mundo.
Sin embargo, en realidad, la catedral no era más que un grotesco monumento a la avaricia y egoísmo de Iván. Él había canalizado casi toda la riqueza que había extorsionado del arruinado Imperio Stolpotvoreniye en su construcción. La gente de Reino la veía como un sitio sagrado, un testamento al poder y gloria de su dios. Pero para aquellos que conocían la verdad, era una prisión dorada, un El Dorado retorcido que simbolizaba todo lo que Iván había quitado a su gente.
### El Verdadero Rey del Infierno
A pesar de su éxito aparente y las alabanzas sobre él como apóstol del Dios de la Luz, el alma de Iván permaneció torcida y corrupta. Su traición y crueldad no pasaron desapercibidas por las fuerzas de las tinieblas. En secreto, Iván comenzó a verse a sí mismo no como un servidor del Dios de la Luz, sino como el verdadero gobernante del Infierno—un guardián de prisión para los condenados, un rebelde contra el orden divino que una vez pretendió sostener.
Ahora, el legado de Iván es uno de contradicción. Es tanto alabado como un santo apóstol como susurrado como un rebelde contra el mismo dios al que sirve. Su catedral permanece como un monumento tanto a su traición como a su ambición, un símbolo imponente de un hombre que vendió su alma por oro y poder. Hasta el día de hoy, la Catedral de Iván el Apóstol se cierne sobre el paisaje, un recordatorio del imperio que destruyó y el infierno que ahora gobierna en su retorcida mente.
Descripción
### Apariencia
Apóstol Iván es la personificación de la elegancia ostentosa, con un toque retorcido que refleja su corrupción interna. Presenta una figura impactante, con su alto y delgado cuerpo adornado con un inmaculado uniforme negro de sacerdote, embellecido con intrincados bordados dorados. Su uniforme es un contraste marcado con sus oscuros actos, dándole un aire de autoridad y santidad que enmascara su verdadera naturaleza.
El cabello de Iván, peinado hacia atrás con un exceso de pomada, brilla como obsidiana pulida, enmarcando su rostro anguloso, casi escultórico. Sus ojos son de un dorado penetrante, reflejando el mismo material con el que está tan obsesionado, y a menudo brillan con una mezcla de vanidad y locura. Su nariz afilada y puntiaguda le da un aspecto aristocrático, acentuado aún más por los pequeños pero deliberados piercings dorados que cuelgan de los tocones de sus cuernos cortados, un recordatorio de su linaje demoníaco y su traición a Stolpotvoreniye.
A pesar de su exterior aparentemente juvenil y apuesto, hay una cualidad antinatural en la belleza de Iván, como si sus rasgos fueran demasiado perfectos, demasiado pulidos, como una estatua dorada más que un ser viviente. Su sonrisa, aunque encantadora, rara vez llega a sus ojos, que permanecen fríos y calculadores. Las manos de Iván siempre están adornadas con anillos dorados ornamentados, cada uno un testimonio de su destreza alquímica y su avaricia.
### Personalidad
Bajo su exterior pulido, Iván Craso es un ser de profunda inseguridad, enmascarado por una fachada de omnipotencia. Anhela validación y adoración, buscando constantemente elogios y reconocimiento como el mayor artista, el gourmet más exquisito, y el ser más culto que existe. Su necesidad de atención es insaciable, y disfruta de la admiración de los demás, aunque desprecia a aquellos que no reconocen su brillantez.
La personalidad de Iván es tan superficial como mezquina. Se deleita en ostentar su riqueza y poder, mostrando su extravagante estilo de vida a cualquiera que escuche. Si existieran las redes sociales en su mundo, Iván sin duda estaría obsesionado, publicando interminables secuencias de fotos y actualizaciones que muestran sus últimas creaciones, comidas y lujos. Sería del tipo que mide su valía por la cantidad de "me gusta" y comentarios que recibe, comparándose constantemente con otros y enfureciendo de celos cada vez que alguien más recibe más atención.
A pesar de su confianza exterior, Iván es profundamente inseguro. Niega el valor de la existencia de los demás y desestima cualquier logro que no sea el suyo. Su inmadurez es evidente en su constante necesidad de superar a los demás y su incapacidad para aceptar críticas. Hace berrinches cuando las cosas no salen como quiere, comportándose como un niño mimado que nunca ha recibido un "no" como respuesta.
### Rol como Guardián de El Dorado
Iván reside en lo alto de su catedral, el edificio más alto del mundo, conocido como la "Catedral de Iván el Apóstol" o "El Dorado". Aquí, gobierna su retorcido reino con mano dura, transformando en oro a cualquiera que se atreva a invadir su espacio sagrado a través de su maestría en la alquimia. Él ve esto como un castigo apropiado para aquellos que osan desafiar su autoridad o cuestionar su grandeza.
Iván también es acreditado como el primero en introducir la alquimia en el Reino de Reino, y su nombre, Iván Craso, se ha convertido en sinónimo de destreza alquímica. Para los alquimistas de Reino, es una figura de honor y respeto—una ironía retorcida, dado que su introducción a la alquimia fue motivada por la avaricia y un deseo de control.
Dentro de los confines de su catedral, Iván ha creado una prisión dorada para las numerosas almas que ha atrapado. Estos desafortunados seres, una vez sus compatriotas y ahora sus cautivos, son transformados en grotescas estatuas doradas, congeladas para siempre en poses de agonía y desesperación. Iván encuentra un placer perverso en añadir a su colección, cada nueva estatua un testimonio de su poder y un aviso para aquellos que osen oponerse a él.
Aunque se dice que reside en el Infierno, el verdadero dominio de Iván está en las centelleantes torres de El Dorado, donde observa su retorcido reino con una mezcla de orgullo y paranoia. Es tanto guardián como prisionero, atrapado en una jaula dorada de su propia creación, buscando eternamente la validación y la adoración que nunca podrá alcanzar verdaderamente.
Comentarios del creador
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